“Agobiar”, de ‘ad-‘ (hacia) y ‘-gibbus’ -o
‘gibber’- que significa joroba.
No existía propiamente
en latín, sino que fue una posterior formación romance. Literalmente
significaba cargar a alguien con el peso de una joroba (símbolo de la actividad
o esfuerzo excesivo), y por tanto, deprimir, molestar gravemente o rebajar a
alguien.
“Trabajo”, de ‘tri-‘ (tres) y ‘-pallium’ (palos), era en latín un yugo hecho con
tres palos en los que amarraban a los esclavos para azotarlos.
Se relaciona así esta
palabra con “sufrir” ya que se aplicaba a cualquier actividad que producía
dolor en el cuerpo.
Y es que para estos
últimos días de vacaciones e inminente vuelta al ‘tr-abajo’, nada mejor que un
cambio postural, irguiendo bien la espalda, para dejar de cargar con semejante joroba,
y, así, ‘re-cordar’ (pasar por el corazón)
que ya no va uno a que lo azoten encadenado a tres palos, sino a desempeñar su
cotidiana obra para bien común: su ‘o-ficio’ (‘of-ficium’: ‘opus’, obra + ‘facio’, hacer).
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