"¡Soy persona!"
¿Cuántas veces lo habremos dicho o escuchado?
Descubramos qué estamos realmente diciendo...
En la época romana antigua, la 'persona', palabra
derivada del etrusco, phersu, era la máscara que se ponían los
actores para interpretar las obras, máscara que poseía dos elementos
caracterizadores:
-y una abertura en el sitio de la boca que permitía que
la voz saliera por un solo orificio para evitar que se esparciera en todas direcciones,
adquiriendo por ello un sonido más penetrante y fuerte.
De esta manera solucionaban, en parte y junto a otras
técnicas, los problemas con la acústica:
griegos y romanos utilizaron estas máscaras como auténticos megáfonos.
Así, porque la máscara hace la voz humana más sonora y
vibrante, porque la hace retumbar por completo o amplificar, se le ha dado el
nombre de ‘per-sona’: sonar o hacer sonar
(‘sonare’) a través de (per).
En este sentido etimológico ‘personalidad’ podría ser nuestra máscara, algo que utilizamos para
hacernos oir, y de ahí ‘personaje’,
un papel concreto de una obra para interpretar. Incluso se especializa como término
del lenguaje jurídico (persona jurídica), diferenciándolo así del concepto ‘ser
humano’.
La persona es la máscara que un ser humano muestra al mundo para esconder su apariencia y elevar su voz.
ya leíste el fraude del nombre legal, para la ilusión de la ¨legalidad¨ nos roban,quitan y esconden nuestra verdadera identidad (seres humanos) y nos implantan el título de ¨personas¨.
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